Hace un tiempo escuché el término “ Baño de Bosque” o “Terapia del Bosque” y rápidamente llamó mi atención, ya que soy una amante de la naturaleza y la búsqueda del bienestar.
Comencé a leer un poco del tema primero en artículos de internet y me pareció algo muy interesante, pero no ahondé mucho más, ya que la rutina suele consumirme a veces y hay muchos temas que me interesan e inspiran… y eso hace que tienda a ser un poco dispersa.
Hace unas semanas, tuve uno de esos días mega agotadores, en los que me sentía muy desmotivada, cansada y sin pilas. He notado que a veces cuando paso por periodos difíciles en cuanto a motivación, algo que me motiva mucho es leer sobre algo inspirador y aprender algo nuevo. Así que decidí ir a darme una vuelta a la librería y adquirir algún libro que me ayudara a reponer energías.
Allí me encontré con “Terapia del Bosque”, un libro escrito por Sarah Ivens que capturó mi atención rápidamente, por el tema y también por su hermosa gráfica (algo que para mí también es muy importante, porque es una doble inspiración leer sobre algo interesante y que visualmente tenga una estética agradable).
Terapia del Bosque, me hizo reflexionar sobre la importancia que tiene re-conectar con la naturaleza y darle un espacio a la interacción con ella constantemente. Algo que de alguna manera creo que todos “sabemos” pero poco aplicamos en nuestros días de ciudad llenos de edificios, bocinas, oficinas con pocas ventanas, pantallas y otros elementos artificiales que componen nuestro día a día.
En distintos países se han realizado varios estudios científicos que demuestran los enormes beneficios que tiene darse un “baño de bosque”, lo que es simplemente ir a un lugar donde exista naturaleza (idealmente un lugar donde puedas sentirte rodeado de ella, como un parque dentro de la ciudad, la montaña, el campo o un bosque) y dedicarse a estar en ese lugar de manera consciente, observando, escuchando, sintiendo los diferentes aromas y percibiendo las texturas, temperaturas, etc.
A través de diferentes estudios y experimentos, han podido observar que esta forma de terapia al alcance de todos, es capaz de reducir la presión arterial, la ansiedad, depresión, obesidad, mejora la calidad del sueño, fortalece el sistema inmunitario, aumenta la vitalidad, potencia la creatividad e incrementa el funcionamiento de las células que combaten los tumores y el cáncer, entre otros beneficios.
Se ha llegado a la conclusión, que unas partículas llamadas “fitocindas” o “fitocindios” , son en gran parte responsables de estos valiosos efectos que puede producir estos paseos por un parque o un bosque. Las fitocindas son sustancias químicas que se desprenden de las plantas y árboles con el fin de protegerse entre ellas de los gérmenes e insectos. Estas sustancias se transportan por el aire y no sólo benefician a las plantas, si no que también a los seres humanos. Por lo que estar rodeado de árboles y plantas no sólo es hermoso a la vista, si no que al respirar el aire fresco, estamos inhalando muchísimas de estas partículas que actúan como una fórmula para aumentar la cantidad de glóbulos blancos en nuestro cuerpo.
Así que ahora además de leer algo inspirador cuando siento que mi energía baja, hago todo lo posible por ir a un gran parque, darme un baño de bosque, maravillarme con la hermosa naturaleza e ir acompañada de un buen libro y así hacer la experiencia aún mejor para mí :)
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